El ruido, el polvo y las vibraciones generadas por los trabajos en la construcción de la segunda Línea del Metro perturban la tranquilidad de residentes del sector Gualey y merman la productividad de sus negocios.Quienes comercian debajo del puente Francisco del Rosario Sánchez en la populosa barriada Gualey, Distrito Nacional, dicen sentirse atropellados por la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret).
Argumentan que dicha institución, responsable de las operaciones del Metro de Santo Domingo, no atiende los persistentes reclamos de personas que dicen ser afectadas con la construcción de la Línea II-B. “Es que se están olvidando de nosotros. Okey, el trabajo de ellos está por encima de todo, pero no pueden marginarnos a nosotros”, dijo a elCaribe el residente Julio César Martínez, quien dijo acudir en varias ocasiones a la Opret para expresar su inquietud, pero el esfuerzo ha sido en vano.
Indicó que los afectados con la construcción llevan dos meses visitando con persistencia la institución, recibiendo como respuesta la indiferencia. “Lo que queremos es que hagan algo; ya sea que nos desalojen de aquí o nos indemnicen, pero no que sigan así como van sin mencionarnos en nada”, agregó.
Dificultad para acceder a negocios
El tránsito en una parte de la calle San Luis fue cerrado para dar paso a la construcción de un túnel. Situación que ha generado molestias en el acceso a los negocios del área. “Ellos dijeron que iban a abrir otra calle, pero cerraron ésta antes de abrir la otra. Perdimos clientes. Sin mencionar a los que han sido desalojados”, precisó el joven. Mirella Díaz dijo que las vibraciones de los trabajos provocan que algunas de sus mercancías caigan al suelo, y Lidia Núñez mostró cómo el polvo que entra al interior de sus vitrinas ha causado daños a sus productos. “Me estoy ahogando del polvo. Cómo vivo yo con mi familia si de este negocio es que dependemos”.
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