Artículo
de Opinión: Luis García
El clientelismo es una
práctica muy recurrida por muchos sectores en la República Dominicana, pero
que, desafortunadamente, se quiere reducir a los gobiernos o los partidos
políticos.
En sentido general, la idea
de clientelismo alude al mecanismo mediante el cual quienes gobiernan una
determinada estructura u ocupan posiciones de poder, dan ciertos beneficios a
personas con la finalidad de la obtención de favores, apoyo o sumisión. Esta,
desde el punto de vista ético, se trata de un comportamiento cuestionable.
El preámbulo es para señalar
el daño que, desde hace varios años, se está causando a la institucionalidad
del ya desacredito Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), del cual soy
miembro, negándome a abandonarlo en medio de mi optimismo de que llegará el
momento de rescatarlo; con la práctica clientelista del Movimiento Marcelino
Vega, de “vender” como realidades pensiones del Estado a los periodistas
durante los procesos electorales de la institución. Ante la realidad de que los
gobiernos no puede complacer todas las solicitudes, luego los acusa de ser
“insensibles ante causas justificadas”.
En estos días cercanos a las
votaciones de agosto próximo, los candidatos a la reelección están proclamando
que ya tienen los nombres de los supuestos beneficiarios y el número de decreto
del presidente Danilo Medina disponiendo de las pensiones. A mi juicio, vender
sueños a centenares de periodistas que, ciertamente necesitan de una pensión
para terminar con alguna dignidad sus vidas terrenal, constituye un acto
inmoral y, por lo tanto, inaceptable.
Aquellos 10 o 15 que
resultaren afortunados lo agradecerían, pero qué pasaría con el resto de las
decenas de periodistas a quienes dirigentes del CDP reeleccionistas les han
asegurado que en pocos días tendrán que acudir por ante el Ministerio de
Haciendo a depositar sus datos para recibir las pensiones privilegiadas del
Estado?.
El Movimiento Periodístico
Convergencia, por el contrario, ha dicho la verdad acerca de esta situación,
argumentando que la nueva directiva que dirija el gremio profesional debe
prescindir del Estado y agenciarse los fondos para realizar por su cuenta esa
importante misión social.
La entidad ha planteado que
si se modificara la Ley 10-91, que creó el CDP, para que los medios de
comunicación paguen el impuesto establecido por esa legislación a través de la
Dirección General de Impuestos Internos, las recaudaciones aumentarán de un
reducido millón y medio de pesos anual, a más de 50 millones. Y señala las
recaudaciones que obtiene por concepto de la ley, en lugar de aumentar, han
disminuido en más de un 80 por ciento.
Esta es la razón por la que
al CDP lo han convertido en una especie de orfanatorio, que casi todo lo que
hace tiene que ser con ayuda de los gobiernos.
La directiva reeleccionista
tiene a decenas de periodistas en un listado depositado en la Presidencia de la
República para, mediante el clientelismo, procurar que el voto en procura de
quedarse en el poder más allá de agosto próximo.
Confío, sin embargo, que el
presidente Medina no se dejará confundir en su buena fe, “ya que en la sociedad
dominicana se conoce al cojo sentado y al tuerto durmiendo”.
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