Júlia Días Carneiro,
BBC Brasil
El cuarto del bebé estaba
listo y la ropa nueva estaba colgada en el armario, esperando a ser usada por
primera vez.
El bebé también estaba
listo: después de 9 meses de gestación, estaba fuerte y sano en la barriga de
la madre, a pocos días de ver la luz. Pero una bala perdida le hizo nacer a la
fuerza.
Arthur, como fue bautizado
tras una cesárea de emergencia, y su madre, Claudineia dos Santos Melo, son
las víctimas más recientes de una bala perdida en medio del aumento de
violencia que asusta a Río de Janeiro, Brasil.
"Vi
a mi hija caer": las balas perdidas horrorizan a Río
En este último mes, la
aplicación Fuego Cruzado desarrollada por la organización Amnistía
Internacional registró 749 episodios de tiroteos o disparos de armas de fuego
en la región metropolitana de esta gran ciudad.
La semana pasada, ocurrieron
10 incidentes sólo en la región de Duque de Caxias, uno de los cuales afectó a
Claudineia y su hijo.
Claudineia, de 28 años,
acababa de comprar el carrito para su primer bebé el viernes.
Llegaba a casa al final de
la tarde cuando quedó atrapada en un fuego cruzado entre traficantes y policías
en la entrada de la favela Lixão, en el municipio de Duque de Caxias, en Río de
Janeiro.
La bala que alcanzó a la
embarazada entró por el lado izquierdo de su cadera, le perforó el útero y
atravesó el pequeño cuerpo de Arthur. Le hirió en la cabeza, le desgarró la
oreja, le golpeó el tórax y atravesó la columna recién formada, alcanzando dos
vértebras.
"Está parapléjico, pero
todo puede suceder en la vida de ese niño", dice el ginecólogo José Carlos
Oliveira, secretario municipal de Salud de Duque de Caxias, que está
acompañando su evolución.
"Que este niño haya
sobrevivido es un milagro", considera el médico, que en más de 30 años de
carrera "nunca vio nada igual".
"Se va a
recuperar"
De acuerdo con la Secretaría
Municipal de Salud de Duque de Caxias, Arthur está internado en estado grave en
el hospital estatal Adán Pereira Nunes. Respira con ayuda de aparatos. Pero la
familia de Claudineia -padres y cinco hermanos y hermanas- está unida esperando
buenas noticias en Paraíba, en el noreste de Brasil.
"Los familiares están
aquí todos juntos rezando", cuenta el hermano de Claudineia Leonardo dos
Santos. "Debe tener fe en Dios de que Arthur va a reaccionar bien a los
tratamientos y va a volver a caminar".
"Fue un choque muy
grande", dice. "Pero se va a recuperar, quiero ver al bebito crecer
fuerte para andar y correr aquí junto a la familia".
La ola de cuchilladas que
estremece a Río de Janeiro
Después de lo que sucedió,
Leonardo tiene la esperanza de que su hermana deje Río y vuelva a la pequeña
ciudad donde vive su familia, Lucena, en Paraíba. Aquí la vida es tranquila,
"humilde" y todo el mundo se conoce, explica.
"Aquí tiene aire libre,
espacio, tengo fe en Dios de que se va a convencer de salir de Río",
señala Leonardo.
Claudineia había dejado
Paraíba hace algunos años y llegó a Río "para buscar un futuro
mejor", cuenta el hermano.
Los disparos del viernes en
la favela donde vive se produjeron al parecer durante un enfrentamiento entre
traficantes y policías. La Policía Civil investiga el caso, y considera la
hipótesis de que la bala que hirió a la madre y a su hijo fue disparada por
criminales.
Crisis
de seguridad
El aumento del número de
personas muertas y heridas por balas perdidas ha sido una "consecuencia
natural" del incremento en el número de homicidios y enfrentamientos entre
criminales y agentes de policía en comunidades de Río, según el sociólogo
Ignacio Cano, profesor e investigador del Laboratorio de Análisis Violencia de
la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
En los primeros cinco meses
de 2017, hubo 2.942 homicidios, en comparación con los 2.528 en el mismo
período de 2016, según datos del Instituto de Seguridad Pública de Río.
De acuerdo con el periódico
Folha de S. Paulo, hasta mediados de mayo de este año, 66 personas habían
muerto o sido heridas por una bala perdida en la región metropolitana de Río.
A principios de junio, 30
días antes de que Claudineia quedara herida, Michele dos Santos Salas, que
estaba en el sexto mes de gestación, fue alcanzada en el tórax por una bala, en
el municipio de Nova Iguaçu, en el estado de Río de Janeiro. Su hija no sobrevivió
al parto prematuro.
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reales, prohíbe las de juguete
El mismo día que ocurrió lo
de Claudineia, un tiroteo en la favela Mangueira acabó con la vida de Marlene
Maria da Conceição, de 76 años, y de su hija, Ana Cristina da Conceição, de 42
años.
"Dolor
de pobres"
De acuerdo con la ONG Rio de
Paz, desde enero de 2016, 14 niños murieron a causa del impacto de una bala
perdida en Río.
En 2017, la muerte de María
Eduarda Alves da Conceição, de 13 años, baleada dentro de una escuela en plena
clase de Educación Física conmocionó Río.
Antonio Carlos Costa,
fundador de Río de Paz, considera "chocante" la
"indiferencia" de la sociedad, y cree que un crimen semejante
llevaría al pueblo a la calle en países europeos o en Estados Unidos.
"Estas muertes no
movilizan a la clase media porque la mayoría de veces ocurren en favelas",
dice. "Es un dolor de pobres, una desgracia sufrida por pobres".
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trabajo": la mujer que fue narco en Río de Janeiro y se volvió escritora
Claudineia ya está estable,
respira y se alimenta normalmente. Presenta una fractura en el hueso ilíaco,
pero no necesitará cirugía. La bala quedó alojada en su cuerpo.
El padre de Arthur, Klebson
da Silva, de 27 años, ya pudo visitar y conocer a su hijo en el Centro de
Tratamiento Intensivo.
Al salir del hospital les
dijo a unos periodistas que se había llenado de esperanza al ver a Arthur, un
niño "victorioso" desde el nacimiento, y que solo traerá alegría.
Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-40500359
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