A
partir de sus propias experiencias, Turquía es una ferviente defensora de la solidaridad
y asociación internacional con miras a construir un mundo más seguro, salvar
vidas humanas y proteger el medio ambiente, a través de una estrategia
sostenible y colectiva.
La
asistencia humanitaria de Turquía se ha diversificado y ha aumentado significativamente
en los últimos años.
En 2017, según el Informe Mundial de Asistencia Humanitaria, Turquía es el mayor país donante a nivel mundial con su asistencia humanitaria de 8 mil millones de dólares.
En 2017, según el Informe Mundial de Asistencia Humanitaria, Turquía es el mayor país donante a nivel mundial con su asistencia humanitaria de 8 mil millones de dólares.
Turquía
también ocupa el primer lugar cuando se toma en consideración la relación entre
la asistencia humanitaria oficial y el ingreso nacional; por esta razón existen
entidades como la Media Luna Roja Turca y numerosas ONG que son muy activas a
escala global.
Como
lo indican datos del Ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno de
Turquía, las contribuciones humanitarias no se limitan a proyectos de
asistencia bilateral, ya que Turquía tiene como objetivo aumentar aún más sus
contribuciones a diversas organizaciones internacionales.
Turquía
está realizando acciones puntuales para aumentar su ayuda y ofrecer una guía
para los esfuerzos humanitarios de las Naciones Unidas; debido a esto se
convirtió en un miembro del Grupo de Apoyo de Donantes de OCHA, que reúne a los
principales donantes humanitarios.
En
consonancia con su papel activo en la acción humanitaria, Turquía acogió la
primera Cumbre Mundial Humanitaria en Estambul, del 23 al 24 de mayo de 2016. A
este magno evento asistieron 9,000 participantes de 180 Estados Miembros,
incluyendo 55 Jefes de Estado y de Gobierno.
ESTRATEGIAS Y POLITICAS PARA LA AYUDA HUMANITARIA
La
asistencia humanitaria orientada al desarrollo constituye el núcleo de las
políticas de Turquía en su respuesta humanitaria. Dada la complejidad de las
crisis actuales, es necesario fortalecer el nexo de desarrollo humanitario para
aumentar la resiliencia y la capacidad de los actores receptores para responder
ellos mismos a las crisis humanitarias.
Estas
se desencadenan como el impacto negativo del desarrollo insuficiente, problemas
ambientales, conflictos, la pobreza y la falta de infraestructura. En muchos
casos en África subsahariana, existe un círculo vicioso que enreda a estos
países.
Este
círculo vicioso es difícil de romper debido a la existencia de un gran problema
en la parte del desarrollo. Esos círculos viciosos podrían incluso provocar o
desencadenar conflictos que conduzcan a crisis de refugiados.
Para
romper esos círculos viciosos, es necesario intervenir con varias herramientas.
En la primera etapa, Turquía interviene a petición del país anfitrión con ayuda
humanitaria para el socorro humanitario de emergencia y continúa con proyectos
de desarrollo para apoyar la resiliencia, en conjunto o simultáneamente, según
corresponda.
Este
enfoque ha sido especialmente exitoso en el África subsahariana. La política de
Turquía para ayudar a Somalia se puede considerar como un caso ejemplar.
Todos
los sectores de la sociedad turca, desde instituciones públicas hasta ONG y el
sector privado, se movilizaron para ayudar al pueblo de Somalia después de que
el país sufriera una severa hambruna en 2011. Este proceso ha dado lugar
gradualmente a una política integral, que abarca cuestiones humanitarias y de
desarrollo, así como esfuerzos de estabilización en una estrategia integrada.
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