Devocional por la Pastora Monserrat Bogaert, Iglesia Monte
de Dios.
Y llegó hasta los viñedos de
Timnat; y he aquí, un león joven venía rugiendo hacia él. Y el Espíritu del
SEÑOR vino sobre él con gran poder, y lo despedazó como se despedaza un
cabrito. Jueces 14: 5-6.
Dios no está ajeno a nuestros
problemas, aunque no intervenga de inmediato y nos socorra. Entonces, ¿Dios es
malo por no ayudarnos al instante? No, Él es bueno, solamente que está
permitiendo que ese proceso nos madure y nos ayude a reconocer el potencial que
está dormido.
Él sabe lo que podemos
aguantar y soportar, pero es necesario para nuestra formación. Luego, si no hay
crisis, no sabremos de qué somos capaces. Entonces, siempre estaremos
dependiendo de aquellos que sí saben de qué son capaces y a nada temen, porque
descubrieron en una crisis que había una potencia dormida. Esa necesidad los
impulsó a hacer uso de ella.
Como tuvo que pasarle a
Sansón, quien un día estaba de camino a Timnat, y en los viñedos le salió un
león rugiendo. Él lo despedazó, como se hace con un cabrito. Sansón necesitó
esta experiencia para conocer el poder que estaba en él.
No nos asustemos si oímos el
rugir de los leones y el Señor no viene a socorrernos, porque es para que
entendamos que dentro de nosotros hay un poder dormido que tiene que
despertarse.
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Bendiciones