Devocional Iglesia
Monte de Dios por la Pastora Montserrat Bogaert
Tomó,
pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara
y lo guardase. Génesis 2: 15
Dios
ama la familia, y estableció un modelo desde el principio de la creación,
poniendo al hombre como responsable del Edén; de cuidarlo, trabajarlo,
protegerlo. Es decir, la carga estaba sobre Adán y no sobre Eva; por eso la
advertencia de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal la dio al
hombre. Pero las cosas han cambiado, y hoy en día podemos ver que este diseño
ha desaparecido de muchos hogares, donde la mujer ha tenido que asumir esta
responsabilidad ante la indiferencia de su esposo de no tomar la posición que
Dios le otorgó cuando fue creado.
Cada
hogar representa un Edén. En el hebreo Edén significa deleite. Es un lugar de
paz, armonía, gozo; pero al hombre renegar de sus obligaciones ha destruido su
Edén y lo ha convertido en un lugar de pleitos, inconformidad y pecado por no
querer asumir el llamado para ser el sacerdote. Cuando esto no se cumple hay
una distorsión en el mundo espiritual que incide directamente en lo natural.
Por
esta razón, vemos tantos hogares destruyéndose; hogares que podían estar
disfrutando de las bendiciones de Dios están en crisis, sumergidos en la
desesperación, por no disponer su corazón al cambio. Pero a pesar de que el
hombre no ha tomado conciencia, la mujer no puede resignarse y debe buscar al
Señor con todo su corazón para que intervenga de inmediato y le revele al
hombre cuál es su posición.
Clamemos
para que el orden de Dios se establezca en nuestro hogar y podamos disfrutar
junto a nuestros hijos del Edén que nuestro Padre Celestial nos dio.
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Bendiciones