Articulo Senabri Silvestre
Un día Jesús tuvo hambre, y
viendo una higuera cerca del camino, se acercó y no halló nada en ella, sino
hojas solamente. Entonces Jesús le dijo: nunca jamás nazca de ti frutos. Y ésta
se secó.
La historia que acabo de
contar está en Mateo 21:18 y, al igual que la parábola de la Higuera, que está
en Lucas 13:6-9, deja un mensaje de advertencia y arrepentimiento que debe ser
escuchado con urgencia.
La higuera simboliza el
pueblo de Dios, entre los cuales deberíamos ser contados tú y yo; mientras que
los frutos son el resultado que se desprende de hacer la voluntad de Dios.
Hacer la voluntad de Dios
pasa por reconocer que él existe, confesar nuestros pecados y seguir sus
mandamientos, (Deuteronomio 10:12).
El problema está en que
muchos lo reconocen, le creen, dicen que lo aman, pero no hacen su voluntad,
creyendo que aún les queda mucho tiempo para tomar esa decisión.
De ahí radica la importancia
de tomar en consideración este mensaje de alerta, no vaya a ser que muchos de
nosotros, aun escuchando el Evangelio de Jesús, su venida nos agarre por
sorpresa, y sin frutos.
Es muy común escuchar a
personas decir: “hace muchos años que vengo escuchando que Cristo viene, y no
llega nunca”, y por eso, no aceptan la palabra de salvación.
Pero yo te digo hoy, tal y
como Jesús le respondió a quienes le pedían señales: “Cuando ustedes ven que
las nubes se levantan por occidente, dicen que va a llover, y así sucede. Y
cuando el viento sopla del Sur, dicen que va a hacer calor, y lo hace.
¡Hipócritas! Si saben interpretar tan bien el aspecto del cielo y la tierra
¿cómo es que no saben interpretar el tiempo en que viven? Lucas 12:55-56”.
Lo que ha venido ocurriendo
en el mundo de tiempo en tiempo, y lo que está pasando actualmente, son señales
de cumplimiento de la venida de Jesucristo, establecidas hace miles de años en
las Escrituras. De modo, que si no saben reconocer que su venida está cerca, no
es por falta de concordancia, sino por ignorancia, rebeldía o hipocrecía.
“Dios pasó por alto en otros
tiempos la ignorancia de la gente, pero ahora ordena a que todos vuelvan a él”,
Hechos 17:30. Así que tu problema no debe ser cuándo el regresa, sino si estás
preparado para recibirle. Date cuenta que Cristo viene pronto y si te haya sin
frutos, te secas.
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Bendiciones