Devocional Monte de
Dios, por la Pastora Montserrat Bogaert
Los apóstoles estaban muy
involucrados en todo lo que Jesús hacía. A la vez, ellos eran discipulados en
las enseñanzas del Reino y veían cómo se sanaban los enfermos, se liberaban los
cautivos y las multitudes seguían a Jesús.
Un día reflexionaron y dijeron
“Hay algo que todavía no hemos podido hacer, y es primordial”. Entonces se
acercaron a Jesús, pidiéndole que les enseñara a descubrir ese misterio tan
grande que es orar. Él pasaba horas, días, orando a Su Padre Celestial, pero
ellos no lo habían logrado, tal vez por desconocimiento, por no saber cómo
hacerlo. Mas estaban ante la oportunidad de aprender.
Muchos estamos como los
apóstoles, involucrados en tantas actividades de la obra pero sin orar; porque
damos más importancia a lo externo que a lo interno, a lo que se ve que a lo
que no se ve. Ya es tiempo de aprender a orar y deleitarnos en Su dulce
compañía.
Aunque nos sintamos bien con
todo lo que hagamos, si no oramos, no habrá poder ni autoridad para continuar
en el ejercicio de nuestras funciones ministeriales, las cuales demandan una
entrega absoluta y una comunión permanente con el Creador.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Bendiciones