Articulo de Opinión
Como un respiro de un volcán
al hacer erupción, ha sido para los “incrédulos” los arrestos producidos
durante la denominada “Operación Anti Pulpo”, la cual en honor a la verdad ha
tomado por sorpresa “a todos” por la manera tan audaz en que han actuado la
Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa
(Pepca), fiscales y policías, sin importar los cargos privilegiados que estos
hallan ostentado.
Tomo las palabras del
Presidente Luis Abinader en su discurso de juramentación el 16 de agosto,
cuando afirmó, “no voy a tolerar ningún acto de indelicadeza y mucho menos de
corrupción en mi gobierno. El funcionario que se equivoque con el dinero del
pueblo, será inmediatamente destituido y puesto a disposición de la justicia”.
También en su alocución
reiteró que nadie se confunda y que no habría impunidad para la corrupción del
pasado, y es precisamente lo que se está evidenciando con este torbellino que
se ha desatado en víspera de “Navidad”.
Aún la mañana es nueva para
comenzar a palpar cambios significativos en el aspecto económico, político y la
justicia del país, pero al menos son
indicios de un tiempo nuevo y un mensaje contundente que envía el mandatario a
los nuevos funcionarios que entraron al gabinete con “hambre” y “sed” de poder.
Hoy se conoció del allanamiento realizado en el apartamento de Víctor Guillermo Librán Báez, ex cónsul del país en Cuba en la gestión del expresidente Danilo Medina, mientras el “hacha va y viene”, el Pepca advierte que hay otros casos de corrupción y posible malversación de los fondos públicos que son investigados.
El Jefe de Estado ha asegurado
en más de una ocasión su compromiso con los dominicanos y de gobernar con un
Gobierno ético, caracterizado por el manejo pulcro de los fondos del Estado.
Es un tiempo del uso
constante del mallete, en el que la palabras muchas veces salen sobrando y pudieran
condenar en vez de salvar, y como está pintando el panorama político nacional
lo más prudente o sensato sería “poner la barba en remojo” y esperar con
dignidad que la justicia realice su trabajo, sin atropellos ni uso malsano del
poder.
La autora Wendy Carrasco es periodista y
maestra.
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Bendiciones