Por Víctor Mateo Vasquez
Todo el mundo sabe que, aunque el Ministerio de Educación regula los colegios privados, los programas de clases no van acorde con el sector público. La asimetría educativa desfavorece.
Ello acarrea grandes distorsiones que se reflejan en las universidades.
Lamentablemente, muchos jóvenes llegan a grado con grandes vacíos. Las universidades exigen ciertos conocimientos que muchos de ellos no recibieron.
Lo peor es que las víctimas son los estudiantes que luego no pueden acceder a ofertas laborales competitivas.
El método educativo dominicano se quedó en mitad del siglo XXI. Es preocupante que aún memorizar para exponer o completar un examen sea lo que se inculque en esta época. Más que los rankings internacionales, en lo que debe centrarse el Estado dominicano es en promover innovación.
¡Preocupante!
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Bendiciones